FLORA

• Girasoles, con su vibrante color amarillo y su constante búsqueda de la luz, son un símbolo de felicidad y vitalidad. Representan la esperanza, la buena suerte y la longevidad, recordándonos que incluso en los momentos más oscuros, la luz siempre está presente.

• Cempasúchil, con sus tonos cálidos y su fuerte presencia en tradiciones como el Día de Muertos, refleja la dualidad inherente de la vida y la muerte. Es un recordatorio de que ambos estados son inseparables, complementándose en un ciclo continuo.

• Dalia, en su elegante diversidad de colores, lleva consigo un mensaje de gratitud y reconocimiento. Es una flor que nos inspira a valorar el crecimiento personal y el aprendizaje, mostrando cómo cada experiencia, por compleja que sea, puede enriquecer nuestro ser.

• Orquídea, con su delicadeza y singular belleza, encarna la elegancia, la gracia y la feminidad. Es un tributo a la perfección natural, un símbolo de cómo la fragilidad puede ser también una fuente de fortaleza y belleza atemporal.

FAUNA

• ⁠Libélula, ágil y etérea, se asocia con la esperanza y la capacidad de superar obstáculos. Es un símbolo de libertad y de encontrar la luz tras momentos difíciles, un emblema de resiliencia frente a la adversidad.

• Aves, alzando el vuelo hacia lo desconocido, representan la libertad en su máxima expresión. Son mensajeras de esperanza, mostrándonos que siempre es posible elevarnos por encima de los desafíos y encontrar nuevas perspectivas.

OTROS

• Pechos, que albergan al corazón, se convierten en un poderoso símbolo del espacio donde habitan las emociones humanas. Desde la ternura hasta la pasión, este lugar físico y espiritual refleja los sentimientos que nos conectan con los demás y con nosotros mismos.

• ⁠Verde, color de la naturaleza, transmite una sensación de armonía y equilibrio emocional. Es un refugio para el estrés y un estímulo para la esperanza y el optimismo. En su suavidad, nos recuerda la importancia de la calma y la conexión con el entorno.

• ⁠Luna, con su constante transformación en el cielo nocturno, nos habla del poder femenino, la introspección y la transición espiritual. Es una guía en la oscuridad, un símbolo de renovación y un puente entre el mundo material y el espiritual. Nos invita a reflexionar sobre la vida, la muerte y el misterio de lo que yace más allá.